viernes

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Tengo cinco años. Es otoño y llevamos poco tiempo en ese departamento en la periferia de la ciudad. Sigue el gobierno militar y los niños no podemos jugar mucho en la calle. Pasan tanquetas sin mirar.
Abajo viven 4 hermanos y una hermana y todos son mayores que yo. Los mayores me pasan por 10 años. Uno de ellos me invita a jugar Atari©. Voy aunque no se jugar muy bien. Luego comen plátano con leche condensada y yo no como, porque me gusta el plátano pero no la leche condensada. ¿Tomémonos fotos?, me propone el queme invitó. Bueno digo yo y trae una polaroid. Empezamos a tomarnos fotos y me dijo que me sentara en su rodilla como si fuésemos padre e hijo. Acepto y nos tomamos varias fotos. Ahora con los pantalones abajo, me propuso después y le pregunté por qué. Me dijo por qué sí y su cara se desfiguró un poco ante mi cuestionamiento. Cuando íbamos a comenzar con esas fotos entró el hermano mayo y le gritó no recuerdo muy bien qué. Luego aparecí en el departamento tomando onces contigo. Hace unos años te conté esto y lloraste, pero me dijiste que no había pasado nada. Me bañabas todos los días y lo habrías notado. Que bueno que eres tú mi mami. Que bueno mami. Te amo mami.